Recordemos que: La supervivencia es la situación en la que uno o varios individuos se encuentran con recursos limitados para su subsistencia y haciendo uso de los recursos que le brinda el entorno se deben procurar la permanencia saludable y los medios para llegar a un lugar seguro, mejorar sus condiciones o asegurarse el recibir ayuda.
La preparación previa en cuestiones de supervivencia puede resumirse en tres grandes campos: el psicológico, el físico y un tercer campo es el técnico aunque su importancia no es inferior a los otros dos temas requiere cierto grado de especialización y por lo general es mas costoso y exige mas tiempo, pero si la economía y el tiempo lo permiten bien vale la pena tomar todo curso que se pueda recibir, desde uno de cocina hasta los de paramédico o de manejo de cuerdas y escala, hasta los mismos cursos de supervivencia que algunas fuerzas armadas o campamentos brindan a civiles.
PREPARACIÓN PSICOLÓGICA BÁSICA:
Es la preparación mental del individuo, esto primeramente por que una situación de supervivencia extrema no necesariamente debe darse en un campo de batalla o en un terreno abierto.
Suele ocurrir que somos dependientes de nuestros hábitos y comodidades y lo descubrimos en el peor momento. Son desde la incapacidad de estar sin un celular hasta el hecho de aterrarnos ante una gota de sangre o la oscuridad total, una carencia vital puede venir ya sea por un asalto o por el simple hecho de tropezar en soledad y lesionarse gravemente, es aquí donde se aplica lo que puede considerarse la regla mas importante "conservar la calma" esta sencilla regla nos ofrece de inmediato una ventaja mayoritaria pues nos permite planear o reaccionar de manera mas acertada en casi cualquier ambiente o contra cualquier contingencia que nos pudiera afectar, pero esto solo lo conseguiremos con entrenamiento mental sobre nuestra acepción del medio que nos rodea y del que podríamos prescindir querámoslo o no de un momento a otro.
Como hacerlo: primero identificando nuestras dependencias y creando la carencia temporal de ellas, observando nuestras reacciones a tales carencias y trabajando en ellas hasta saber el nivel de control que tenemos sobre las mismas. Por ejemplo conocí una persona que tenia toda la preparación física y técnica pero ocurría que cuando se encontraba en completa soledad le era imposible aplicar cualquiera de las técnicas aprendidas por lo que la fuerza física también resultaba inútil.
Esto se comprueba con el sencillo ejercicio de "sobrevivir un día" en tu entorno diario con una mano atada a la espalda sin hablar o escribir o con los ojos vendados, al experimentarlo encontraremos que las tareas mas comunes se vuelven complicadas y frustrantes experiencias, ahora bien si nos halláramos con estas carencias en terreno desfavorable ¿podríamos salir adelante?
PREPARACIÓN FÍSICA BÁSICA:
Esto es un tema que no puede faltar dentro de las técnicas de supervivencia pues se relaciona automática mente la supervivencia con la capacidad de pasar sobre obstáculos y luchar contra el medio a puño limpio, en realidad la preparación física necesaria para sobrevivir a una situación limite consiste en el conocimiento de nuestras fortalezas físicas y debilidades y el saber como utilizarlas a nuestro favor pues suele suceder que quien se cree con fuerza física "suficiente" para una tarea extrema resulte lesionado y hasta comprometiendo a un grupo que lo creía la esperanza de rescate.
Iniciaremos nuestro entrenamiento conociendo nuestros límites físicos que van desde que callo o rodilla duele al caminar y a partir de que distancia me afecta. Por ejemplo vemos atletas que recorren muchos kilómetros de continuo pero lo que no vemos es que beben el agua que les provee el vehículo de apoyo a cada 100 metros. Piensen en una situación limite ¿estarían preparados para sobrevivir sin el equipo de apoyo? después de conocer nuestros limites físicos es preciso conocer en que momento debemos detenernos para retomar la actividad sin que esto conlleve un descanso prolongado o el cese total de las actividades, pueden hacerse ejercicios de caminata o de recorridos cortos que con el tiempo se irán incrementando en distancia y rigor esto en pocas semanas nos dará una condición que puede incrementarse indefinidamente según nosotros trabajemos en ellas.
Con esto hablo de tareas como ir al trabajo a pie, o de visita al pariente cercano sin tomar el bus. Esto no solo incrementa la fuerza física sino el sentido de orientación, resistencia a la exposición a los medios como el viento, frío, sol, o adaptación al terreno, sin mencionar el hecho ya conocido de que: no falta quien sale de excursión con "botas nuevas" o una mochila que se compro por "bonita" y que ya en el terreno resulto ser extremadamente incomoda o sobrecargada por que se le metió todo cuanto pudo "por que le cabe".
Tomando en cuenta lo anterior es recomendable: Aparte de conocerse uno mismo y trabajar en las deficiencias hasta superarlas, así como el hecho de conocer el material con el que se trabajará.
Por ejemplo usar las botas nuevas un par de semanas para domar las y evitar así molestas ampollas, conocer el quipo propio o prestado pues otro caso clásico es el del compañero que descubre que no tiene idea de como armar su tienda hasta que llega al destino bajo la lluvia y cansado.
Otra medida previa es: cuando no se ha tomado un curso especializado, prepararse practicando hasta dominar cada uno de los "trucos" que se vieron en libros o televisión pues resulta que hasta la humedad reinante en el lugar donde nos encontramos así como el viento o la simple carencia de un lugar donde apoyarse o permanecer de pie, altera gravemente nuestro estado físico, anímico y el control sobre los recursos con los que pudiéramos contar.
Con todo lo anterior intento que al momento de presentarse una emergencia real o una situación de supervivencia extrema en campo o ciudad no se carezca de la entereza o preparación necesaria para afrontarla sino que ya preparados mental y físicamente se puedan tomar las acciones necesarias para salir exitosos de la crisis.
Supervivencia deportiva y supervivencia real
La supervivencia deportiva es un deporte de aventura con múltiples facetas, ya que requiere conocimientos de técnicas de variadas disciplinas (orientación, escalada...) y del medio (botánica, meteorología...) que nos permitan desenvolvernos en la naturaleza, reconocer y aprovechar sus recursos y evitar sus peligros.
La práctica de este deporte fortalece el cuerpo y la mente y aumenta la seguridad en nosotros mismos, nuestra capacidad de improvisación, de lucha por la existencia y nos prepara para una situación de supervivencia real. Sin embargo, la mayoría de nosotros jamás tendremos que enfrentarnos a tales circunstancias, pensaréis.
Es cierto que no necesitaremos comer grillos ni dormir en un refugio improvisado, pero los beneficios psicológicos que proporciona nos ayudarán a enfrentarnos a la lucha por la vida en nuestra sociedad consumista depredadora.
Por otro lado, cualquiera que practique montañismo puede verse incomunicado en medio de ninguna parte por un brusco cambio de tiempo, los trekkings a zonas salvajes y apartadas están cada vez más de moda, con el riesgo de perderse o tener un accidente, aunque sea mínimo, siempre presente, y millones de personas viven en zonas con peligro de inundaciones o terremotos. Incluso en la era de las telecomunicaciones, cuando todo el globo terrestre está fotografiado y cartografiado, existen zonas a las que nuestra civilización no ha llegado. Pero no nos engañemos, nadie está totalmente preparado para enfrentarse al violento choque mental y emocional que supone encontrarse abandonado y solo en un lugar remoto. Las técnicas de supervivencia nos ayudarán a vencer al medio, pero el peor enemigo está dentro de nosotros: pánico, soledad, desesperación..., y para vencerlo hay que conocer cómo funciona.
El poder está en la voluntad
Debemos tener en cuenta que una situación de supervivencia es una prueba de resistencia. Y en este tipo de pruebas el músculo que jamás debe fallar es la voluntad. Voluntad de vencer, voluntad de sobrevivir, este es el factor más importante. Al final todo se reduce a una actitud psicológica fuerte que nos permita enfrentarnos sin desfallecer a la desesperación, la angustia, el tedio, el dolor, el hambre, la fatiga... Si no estamos mentalmente preparados para enfrentarnos con lo peor tendremos pocas posibilidades de sobrevivir.
Aliado y enemigo: miedo y pánico
Es imposible no sentir miedo cuando uno se encuentra aislado y perdido lejos de la civilización. El miedo es una reacción natural de todos los animales frente a elementos hostiles, una descarga de hormonas en la sangre que agudiza los sentidos y prepara el cuerpo para luchar o huir. En este sentido, el miedo es, sin duda, beneficioso. La cara oscura del miedo es el pánico. El miedo descontrolado e irracional. Jamás debemos caer en él. El pánico es destructivo, conduce a la desesperación, impide analizar la situación con claridad y tomar decisiones positivas. Conocer las técnicas de supervivencia inspira confianza y es un paso muy importante para evitar sucumbir al pánico. Por otro lado, debemos concentrar nuestro pensamiento en el análisis de la situación y las tareas que debemos realizar para aumentar nuestras probabilidades de supervivencia, y eliminar de inmediato cualquier pensamiento autocompasivo, o de desesperación.
Los enemigos silenciosos: soledad y tedio
La soledad y el tedio llegan de forma gradual una vez que el individuo, realizadas las tareas inmediatas, se sienta a esperar y la mente comienza a divagar y a jugarnos malas pasadas. Con ellas aumenta la depresión y disminuye la voluntad de sobrevivir. Se combaten de la misma manera que el miedo y el pánico: manteniendo la mente ocupada. Siempre existen tareas que realizar para aumentar las probabilidades de ser rescatado (preparar fogatas, señales...) o simplemente para estar más cómodos (construir un refugio...). Analícense los peligros o emergencias que nos pueden sobrevenir y prepárense planes para afrontarlos. Es una buena idea.
La mejor arma: estar preparados
Indudablemente, nadie espera encontrarse en una situación de este tipo, pero si viajamos por zonas deshabitadas o en avioneta o por mar, el riesgo, aunque sea mínimo, siempre está presente. La regla principal que todo el mundo debe seguir es informar a alguien de cual va a ser nuestro itinerario. De esta manera aumentan nuestras posibilidades de ser rescatados con brevedad. Llevar un equipo de supervivencia en nuestra mochila, un manual de supervivencia y conocer las técnicas que nos ayudarán a sobrevivir proporciona una gran fuerza psicológica. Por otro lado, una vez extraviados, siempre hay que prepararse para el supuesto de que pasaremos un largo periodo de tiempo en el que tendremos que seguir vivos, incluso aunque hayamos informado de nuestra ruta. Normalmente es mejor permanecer al lado del vehículo accidentado. Si nos alejamos de la ruta que habíamos trazado para nuestro viaje tendrán más dificultades para rescatarnos.
No debemos olvidar que el momento más duro será cuando el avión o el barco se aproxime a nosotros y pase de largo. Supondrá una dura prueba psicológica; la desesperación y el abatimiento en estos casos son naturales, pero debemos luchar contra ellos y pensar que ya pasará otro. Si nos están buscando, antes o después volverán. La preparación física también es importante. Lógicamente tendrá mas posibilidades de sobrevivir quien está en buena forma que quien no. Pero el riesgo no se encuentra en estar en baja forma, si no en ignorarlo. Debemos valorar nuestra fuerza y resistencia de forma realista, sin dejarnos influir por las marcas de nuestra juventud. Hay que tener la sensatez de adecuar nuestras actividades a lo que somos capaces de hacer. Acometer empresas que luego no podremos terminar sólo sirve para derrochar una energía muy valiosa y que nos invada la desesperación.
Cómo actuar
Tener un plan de acción aumenta nuestra confianza y mantiene nuestra mente ocupada. Los siguientes puntos pueden ayudarnos a elaborarlo.
1.-Análisis de la situación: Se debe analizar la situación para organizar un plan. Quizá hay heridos, o me amenaza algún peligro. Tener agua y alimentos es importante, igual que poder obtenerlos por los alrededores. A la hora de trazar un plan hay que establecer prioridades. Hay que tener en cuenta los peligros del entorno y cómo evitarlos. En ocasiones, dependiendo de cada situación concreta, habrá que alterar el orden de las prioridades o sustituir unas por otras. Por
ejemplo:
- Prestar primeros auxilios
- Preparar las señales
- Abastecerse de agua
- Procurarse un refugio
- Abastecerse de comida
- Prepararse para desplazarse (normalmente suele ser mejor permanecer al lado del vehículo accidentado, pero no siempre)
Es útil preparar un inventario del material, el agua y la comida de la que disponemos y prepararnos para abastecernos por nuestros propios medios de estos últimos antes de que se agoten las reservas.
2.-No tener prisa: Salvo en los casos de urgencia médica, la conservación de nuestra energía es un factor más importante que el tiempo. Por otro lado, el agotamiento por una actividad física sin un objetivo preciso provoca una situación de desamparo que socava nuestra moral. Por ello, todo lo que hagamos tiene que responder a un plan y un objetivo preciso.
3.- Recordar dónde te encuentras: Probablemente tendremos que alejarnos del lugar del accidente, de nuestra base o refugio para explorar los alrededores. En estos casos hay que tomarse un tiempo en analizar los rasgos del paisaje y hacer un mapa mental del lugar. Debemos marcar el camino para poder volver sobre nuestros pasos y no perdernos, pues el golpe psicológico que provoca esta situación es durísimo.
4.-Dominar el miedo y el pánico: Hay que mantener la mente ocupada con estas medidas. Debemos ser optimistas y confiar en ser rescatados, pero también debemos prepararnos para afrontar futuros problemas.
5.-Improvisa: En una situación de supervivencia siempre hay algo que hacer. Utilizar nuestra inventiva y creatividad aumenta nuestra confianza.
6.-Valora tu vida: Si perdemos la voluntad de sobrevivir, el deseo de mantenernos con vida, el conocimiento de estas técnicas es inútil. No debemos correr riesgos innecesarios que puedan provocarnos un accidente.
Circunstancias personales
Las personas que emprendan viajes, especialmente si van a zonas alejadas o peligrosas, deben tener en cuenta sus necesidades personales y deben incluir sus medicamentos en el equipaje. También deberían llevar unas gafas de repuesto quienes las necesiten. Cada uno debe conocer sus circunstancias y prepararse para afrontarlas.
Recuerda estas palabras de Ray Mears:
Esto es lo básico que vas a necesitar a partir de ahora:
-Algo en lo que llevar tu equipo.
-Algo bajo lo que dormir.
-Algo en lo que dormir.
-Algo sobre lo que dormir.
-Algo sobre lo que cocinar.
-Algo en lo que cocinar.
-Algo para llevar agua.
-Algo para orientarte.
-Algo para iluminar.
-Algo para comer.
En realidad son cosas muy sencillas, no es cuestión de complicarse, pero mas vale que lo que hagamos lo hagamos bien por que nuestra vida y puede que la de alguien mas estén en juego.
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