La definición más popular y aceptada de la consciencia situacional es la que proporcionó la investigadora estadounidense especialista en factores humanos Mica Endsley:
"es la percepción de elementos en el medio ambiente dentro de un volumen de espacio y tiempo, la comprensión de su significado y la proyección de su situación en el futuro cercano".
"La supervivencia en un dogfight (combate aéreo) era cuestión por regla general de una posición mental en la que se observa los movimientos en el mismo instante del oponente, anticipándose a los siguientes movimientos que realizará en las siguientes fracciones de segundo, actuando antes de que él lo haga. Los pilotos de la USAF llegaron a identificar la consciencia situacional con las fases: "observación" y "orientación" del famoso bucle observación → orientación →decisión → actuar (denominado Bucle OODA del inglés: Observe → Orient → Decide → Act) o ciclo de Boyd, tal y como lo describió el aviador coronel y teórico de la USAF John Boyd. En combate, la estrategia ganadora es mantener al oponente en las primeras posiciones del bucle OODA (observación-orientación), evitando que tome sus propias decisiones o que las tome más rápido o incluso mejor que su oponente, haciendo que la situación cambie rápidamente y que el oponente no pueda monitorizar, para que no pueda comprender. Perdiendo de esta forma su propia consciencia situacional, o lo que es lo mismo permaneciendo "fuera del ciclo" ("out of the loop")."
En términos simples, la consciencia situacional es el proceso de conocer lo que está sucediendo a su alrededor en todo momento y tener un plan para responder a un suceso anormal. Muchas personas piensan que los que practican la consciencia situacional son personas demasiado preocupadas, paranoicos, inseguros o asustados, y ninguna de las cuales es cierta. Ser cognitivo de los alrededores y tener un plan para responder a situaciones anormales es la clave para sobrevivir y te da una gran ventaja cuando las cosas van mal.
Aquellos de nosotros que encontramos tiempo para dar un paso atrás y pensar, tenemos una gran ventaja.
Nadie entendió el desafío de la presión del tiempo en la toma de decisiones mejor que el estratega militar John Boyd. Boyd desarrolló un marco de toma de decisiones. Es conocido por la sigla OODA, para observar, orientar, decidir y actuar.
El objetivo final de OODA es actuar rápido, pero no el primero necesariamente. Esto se aplica a un montón de cosas al margen de los conflictos armados. En general, podemos tomar mejores decisiones cuando se minimiza el tiempo necesario para decidir y actuar – para que podamos dedicar más tiempo a la observación y la orientación.
Debido a que un jugador profesional de tenis tiene sólo la mitad de un segundo para golpear la pelota, puede parecer que la clave del éxito sería ir más rápido. Pero a alta velocidad los estudios muestran que los profesionales son mejores que el resto de nosotros porque comienzan sus cambios más tarde. Se espera unos milisegundos extra, para que puedan obtener más información acerca de la velocidad y la trayectoria de la pelota, luego orientarse a fin de hacer un swing ideal.
Si se requiere demasiado tiempo para decidir o actuar, nos vemos obligados a finalizar la observación y la orientación anterior. Y si actuamos con demasiada rapidez, se podría responder a un problema de forma errónea.
1. Observar
El primer paso de cualquier buena decisión es tomar la información.
El primer paso es simple: ¿qué ves?
2. Orientar
Obviamente, no se refiere a orientarse en el terreno con un mapa, sino en la situación global. Es decir, ordenar nuestros pensamientos, situarnos dentro del marco de la situación global que queremos, y calcular las posibilidades que se nos ofrecen.
Una vez que haya reunido la información pertinente, el siguiente paso es procesarla y posicionarse para una decisión. Orientación es tomar conciencia de las implicaciones de lo que estámos viendo.
El segundo paso también se pierde cuando el tiempo es escaso. Sin embargo, sin una orientación adecuada, iremos en la dirección equivocada.
3. Decidir
Por último, una vez que se ha reunido la información y entiende las preguntas clave (quién, qué, cuándo y dónde), es el momento de tomar una decisión. Ten en cuenta que este paso es distinto de la acción. Es puramente mental, en el momento antes de la implementación.
Mediante el entrenamiento, hemos de conseguir que todas aquellas decisiones que se tengan que tomar en un breve espacio de tiempo han de ser tomadas con la mente subconsciente, dejando que sean automatismos.
Estas decisiones subconscientes, las tomamos en base a la experiencia anterior sobre lo que observamos y orientamos, y sobre el tiempo disponible para tomar esa decisión. Cuanto menor tiempo tengamos, mayor probabilidad de que decidamos subconscientemente Cuanto mayor tiempo tengamos para decidir (ya sea porque la amenaza está lejos, o no la consideremos como tal), mayor uso de la mente consciente haremos.
4. Actuar
Una vez que ha tomado la decisión, que debe aplicarse de la manera más eficiente, de manera directa. No mires hacia atrás.
Una vez que ha tomado la decisión, que debe aplicarse de la manera más eficiente, de manera directa. No mires hacia atrás.
El cuarto paso no es el definitivo. Una vez que esté completo, volver al paso uno: observar. No adivinar. En su lugar, evaluar.
Actúa rápido para ir despacio. Usa el tiempo, en lugar de dejar que el tiempo te use.
A pesar de que puede que no tengamos tiempo para estudiar el bucle Boyd, se pueden aplicar los conceptos como parte de su procedimiento de toma de consciencia situacional. La practicar de aplicar este proceso a todos los aspectos de la vida puede mejorar nuestro rendimiento en todo, desde la conducción, el trabajo, las aficiones, la familia, las relaciones...
A pesar de que puede que no tengamos tiempo para estudiar el bucle Boyd, se pueden aplicar los conceptos como parte de su procedimiento de toma de consciencia situacional. La practicar de aplicar este proceso a todos los aspectos de la vida puede mejorar nuestro rendimiento en todo, desde la conducción, el trabajo, las aficiones, la familia, las relaciones...
Dos de los aspectos mas importantes del conocimiento de la situación son los siguientes:
1) Determina el ambiente que te rodea
2) Estoy solo o con otros.
En cada uno de estos casos, la respuesta a una situación anormal será totalmente diferente. Obviamente, si estamos solos nuestras acciones no deben ser coordinadas con nadie más. Esto nos dará más opciones y menos restricciones al determinar la acción.
A la luz de todo lo anterior, la consciencia situacional es un estado de ánimo. Por lo tanto, se debe practicar constantemente para adquirir fluidez en su uso y aplicación. Además, la comprensión de los diversos estados de la mente es esencial para la comprensión de la consciencia situacional y su aplicación diaria.
A donde nos lleva todo esto: