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4/12/13

Lupa

     Cuantas veces de niños hemos encendido papeles, hojas y hormigas con una lupa, pues que yo recuerde muchas veces.


     Una lupa nos puede ayudar de muchas formas, leer la letra pequeña, sacarnos una astilla o encender fuego por ejemplo.


     A su favor, su escaso precio y escaso peso.
     En contra, que nos cargamos con otro accesorio más.

     La utilización de una lupa, de un espejo cóncavo o de un conjunto de espejos permite concentrar la luz solar en un punto sobre un combustible y encender allí el fuego. Para hacer fuego con una lupa, hay que variar la altura de la lupa con el fin de concentrar los rayos solares en un solo punto (el foco o punto focal). Arquímedes habría utilizado espejos para quemar las velas de los barcos que atacarían Siracusa. Un horno solar funciona bajo el mismo principio.







     En el siglo XVIII, Lavoisier construyo, con la ayuda de la fábrica de vidrio St. Gobain, una lente cóncava llena de alcohol de 1,3 metros de diámetro. Le incorporó delante otra lente de 15 cm. para reducir el foco. Expuesto el conjunto a la luz del sol consiguió fundir platino, a 1.773º C. Gran defensor de la energía solar por considerarla la más limpia y no contaminante, la revolución francesa lo guillotinó alegando que: “la república no necesita científicos”







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