Es probable que nunca hayas oído hablar del Principio de Pareto, también conocido como la proporción del 80-20, pero lo que sí es seguro es que esta Ley se está presentando constantemente en muchos aspectos de tu vida.
El Principio de Pareto viene a decir que normalmente aplicamos el 20% de nuestro esfuerzo en completar el 80% de una tarea y el 80% del esfuerzo restante en completar el 20% de la tarea. Detrás de esta formulación y estos porcentajes se esconde la afirmación de que normalmente perdemos el tiempo en detalles sin importancia. Si reflexionáis sobre ello veréis que es absolutamente cierto.
Wilfredo Pareto (1848-1923) fue un sociólogo y economista italiano que, casi por casualidad, comprobó que el 80% de factores de una totalidad, provoca el 20% de los resultados con respecto a ese total. Y el otro 20% provoca el restante 80% de resultados.
Poniendo como ejemplo la experiencia que él mismo vivió para llegar a tal hallazgo, Pareto comprobó que el 20% de las vainas que tenía plantadas en su campo, daban el 80% de guisantes de toda su cosecha. Y el 80% de vainas restantes, alcanzaban a dar nada más que el 20% de guisantes.
Esta idea y esta proporcionalidad le venían dando vueltas a su cabeza desde hacía algún tiempo, y pretendió llevar su investigación un poco más allá. Y para su asombro, comprobó que el 80% de las tierras de Italia pertenecían al 20% de la población.
Pareto enunció el principio basándose en el denominado conocimiento empírico. Observó que la gente en su sociedad se dividía naturalmente entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco»; se establecían así dos grupos de proporciones 80-20 tales que el grupo minoritario, formado por un 20% de población, ostentaba el 80% de algo y el grupo mayoritario, formado por un 80% de población, el 20% de ese mismo algo.
Estas cifras son arbitrarias; no son exactas y pueden variar. Su aplicación reside en la descripción de un fenómeno y, como tal, es aproximada y adaptable a cada caso particular.
El principio de Pareto se ha aplicado con éxito a los ámbitos de la política y la Economía. Se describió cómo una población en la que aproximadamente el 20% ostentaba el 80% del poder político y la abundancia económica, mientras que el otro 80% de población, lo que Pareto denominó «las masas», se repartía el 20% restante de la riqueza y tenía poca influencia política. Así sucede, en líneas generales, con el reparto de los bienes naturales y la riqueza mundial.
Siguiendo con su hipótesis, y comprobando que era una Ley que se cumplía, no con total precisión, pero sí aproximadamente y de una manera constante, hoy en día se tiene en cuenta y se debería aplicar en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida. Así, podemos establecer que:
El 80% del dinero que se mueve en el mundo pertenece al 20% de la población. El restante 80% de la población realmente solo poseemos unas migajas de todo el dinero. El 20% de la población mundial consume el 80% de los recursos de la tierra. Es decir, el 80% de la polación casi no tiene acceso a esos recursos.
Del mismo modo, en el ámbito más personal, la Ley de Pareto puede proporcionarnos una información vital a la hora de establecer prioridades, optimizar nuestras relaciones o nuestra vida:
El 20% de las personas de nuestro entorno son los que provocan el 80% de nuestras emociones. El restante 80% de personas, forman parte de nuestra vida, pero no dejan de ser meros factores ambientales. El 80% de nuestros gastos son consecuencia del 20% de cosas que consumimos.
Tan solo el 20% de las cosas que realizamos en la vida tienen la capacidad de hacernos felices. Es decir, la mayor parte de las cosas que realizamos, muchas veces pasan desapercibidas y no generan ninguna satisfacción por nuestra parte. O del mismo modo, el 80% del tiempo que consumimos en el día, lo pasamos haciendo el 20% de todas las tareas diarias. Es decir, hay algunas tareas que consumen demasiado tiempo de nuestra vida.
Emocionalmente, deberíamos estrechar vínculos con aquellas personas que creemos nos hacen más felices, a la vez que dejamos de estar con aquellas personas que creemos nos roban demasiado tiempo.
Si nuestros días se nos hacen cortos, debemos buscar aquellas tareas que nos roban tanto tiempo y dedicárselo a aquellas otras que casi no disfrutamos y podrían mejorar nuestra estabilidad emocional.
La proporción del 80-20 resulta muy efectiva y práctica a la hora de establecer prioridades y tomar medidas para optimizar nuestra vida. Merece la pena elaborar de vez en cuando una doble lista (la de 80 y la de 20) de los aspectos que nos preocupan y seguro saldrán a la luz las mejores opciones para mejorarlos.
En resumidas cuentas, y aprovechando este Principio de Pareto como recurso para mejorar en nuestro desarrollo personal, se deduce que: La mayor parte de las cosas por las que nos esforzamos no cambian nada, y solo una pequeña parte de esas cosas, son las que producen los objetivos deseados.
Por eso, en nuestra búsqueda del Éxito o de la Felicidad,
no es lo más importante hacer más o menos cosas,
sino encontrar aquellas que nos van a proporcionar los mejores resultados.
El 20 por ciento de todas las técnicas de supervivencia ofrecen el 80 por ciento del valor del rescate.
Hay un puñado de habilidades que pueden determinar si alguien triunfa en un escenario de supervivencia. Hay un 20 por ciento que son criticas y un 80 por ciento que son triviales.
La capacidad de proporcionar refugio, agua, fuego, señalización y mantener la motivación mental se encuentran en el 20 por ciento.
A menudo, la gente se centra en el aprendizaje de las habilidades que quieren saber antes de las que ellos necesitan saber.
No siempre las actividades fáciles y divertidas producen los resultados mas gratificantes. De hecho, las personas con éxito en supervivencia suelen hacer lo que otros no quieren o no están dispuestos a hacer. Entender el concepto de sacrificio tendrá recompensa en supervivencia.